Seguro que te has suscrito a alguna newsletter.
Ya sabes.
Una de esas que has dejado de seguir.
Porque cada semana te mandan cada testamento…
…que a ver quién se los lee.
Seamos sinceros.
Tú no.
Y yo tampoco.
Por eso el tamaño importa.
Así que en esta newsletter no te vas a encontrar eso.
Te voy a mandar cada día un consejo de productividad.
Una anécdota.
O alguna ida de olla mía que simplemente te aporte algo.
Pero muy cortito.
Y sin paja.
Para que puedas leerlo en el bus.
Cuanto tengas un minuto libre.
O mientras estás sentado en la taza del váter por la mañana.
Mi newsletter no es como las demás.
Y si no te lo crees.
Suscribirse es gratis.
Y darse de baja también.